lunes, 13 de agosto de 2012

La Obsolescencia del Dinero


La Obsolescencia del Dinero 
De Giancarlo Melini

"Madre, yo al oro me humillo, Él es mi amante y mi amado, Pues de puro enamorado anda continuo amarillo. Qué pues doblón o sencillo hace todo cuanto quiero, poderoso caballero es don Dinero."  - Francisco de Quevedo y Villegas-

Quizás la institución más influyente y menos cuestionada de la historia de la humanidad, alrededor de la cual se han erigido civilizaciones y caído imperios, en base a la cual se han forjado y desintegrado naciones y Estados, e incontables vidas se han perdido. Esa abstracción que si se tiene se goza, y si no se tiene se sufre. Sistemas políticos, jurídicos e incluso sociales se han forjado en función de éste. El dinero, todos lo usamos pero muy pocos lo cuestionamos, ¿Qué es? ¿De dónde viene? ¿Por qué lo usamos?

Breve Historia

Para entender el origen del dinero tenemos que retroceder aproximadamente al año 8 mil A. C., cuando se cree se dio la revolución agraria -neolítica-. Antes de ésta era los seres humanos vivíamos en sociedades nómadas que basaban su existencia en la caza y la recolección de alimentos. Las personas vivían en relativa abundancia ya que la naturaleza proveía todo lo necesario para sustentar la vida y sólo se requería de unas cuantas horas de trabajo al día para abastecerse de agua y comida, las necesidades básicas. Partimos de la idea de que el rico no es el que más tiene, sino el que menos necesita. Por esto es válido decir que nuestros ancestros eran muy ricos, ya que necesitaban poco. De todas formas el estándar de vida era muy malo, ya que por el poco desarrollo tecnológico el ser humano estaba extremadamente expuesto a muchos peligros como la enfermedad, el clima y los ataques de animales. Posteriormente -y tal vez por mera casualidad- el hombre descubrió la agricultura. Notó que podía multiplicar exponencialmente lo que la naturaleza producía mediante el uso inteligente de la tierra y la semilla. La producción de su propio alimento permitió al hombre asentarse en lugares determinados y no tener que viajar en búsqueda de presas y frutos. Y así fue como se dieron las primeras ciudades y, como dijimos anteriormente, el dinero.

Con la evolución de los métodos agrícolas, por primera vez en la historia de nuestra existencia -se piensa que el homo sapiens existe desde hace alrededor de 200 mil años- los humanos fuimos capaces de producir muchos más alimentos de los que consumíamos. Debido a la existencia de este exceso de producción que se daba al momento de cosechar, tuvimos que idear métodos de almacenamiento de alimentos para su posterior consumo. Las personas que tenían el control de estos "almacenes" (que normalmente eran silos de granos) se encontraban en una posición privilegiada por sobre los demás, y fue así como también se empezaron a dar las primeras estratificaciones sociales. Estas personas tenían que encontrar una forma de distribuir este exceso de recursos, y hacer un uso eficiente de esta abundancia que el hombre había logrado producir gracias a su ingenio. Fue entonces cuando se dieron las primeras formas de intercambios o trueques. Las personas que querían tener acceso a la comida debían entregar algo a cambio, por lo que estaban compelidos a intercambiar bienes, y a falta de estos, vendían su trabajo. Con el transcurso del tiempo, y con la evolución de la tecnología y los medios de producción, se fue dando una mayor disponibilidad y variedad de bienes y servicios dentro de la sociedad, y el trueque resultaba ser una herramienta sumamente impráctica para intercambiarlos, por lo que se dio la necesidad de crear una forma más rápida y eficiente de intercambiar la enorme cantidad de recursos disponibles. Se creó entonces la moneda.

El dinero tiene que reunir ciertas características para ser funcional, tales como durabilidad, escasez, movilidad y uniformidad. Todas estas peculiaridades eran reunidas por las monedas metálicas, principalmente el oro y la plata. Durante siglos, tal vez milenios, el oro y la plata se consideraron como una moneda estándar, casi todas las culturas adoptaron estos metales como dinero, y es por ello que hasta hace no mucho las arcas monetarias de las naciones estaban respaldadas por oro y plata. Desde los tiempos de los egipcios, sumerios, griegos, romanos, chinos, estos minerales han formado una parte importante -o tal vez esencial-  en el desarrollo económico de las naciones ya que fomentaban el fácil intercambio de bienes y servicios y por lo tanto el crecimiento de la riqueza. Pero la característica que hacía -o hace- darles este valor extrínseco al oro y la plata era también su mayor debilidad. La escasez y rareza de estas materias hacía más fácil su acumulación masiva hasta el punto de impedir su libre circulación, y por lo tanto paralizar la economía entera de un país o incluso del mundo (como sucedió en la época de la gran depresión en los EEUU), y esto lo entendían muy bien los cambistas del dinero.

Los cambistas (primera modalidad de la banca moderna) se dedicaban al intercambio y almacenamiento del oro y la plata, y aceptaban los metales de las personas a cambio de títulos valores que acreditaban su almacenamiento y garantizaban su seguridad, bajo el entendido de que portar un título valor era todavía más conveniente y menos arriesgado que portar el oro y la plata por sí mismos, y por éste servicio ellos cobraban una cuota. Cuando la gente regresaba a las casas de cambio por sus metales, éstos se les devolvían contra la presentación del título que acreditaba su propiedad. Debido a la confianza que desarrollo este sistema financiero y la conveniencia de portar los títulos valores, las personas rara vez recogían el oro y la plata de las seguras bóvedas de las casas de cambio y en vez de ello empezaron a utilizarlos como herramienta de intercambio. Los cambistas se dieron cuenta de esto, que al final permitió una corrupta práctica que es el pilar esencial de la banca moderna. Estos sujetos, impulsados por el ánimo de lucro, empezaron a hacer circular una enorme cantidad de títulos valores en forma de préstamos, los cuales excedían la cantidad de metales depositados, y que por lo tanto no gozaban del respaldado del oro y plata. Su único sostén era la confianza que la gente tenía en que ese papel que poseían representaba una cantidad de oro que ellos podían reclamar cuando lo consideraran conveniente, lo cual era casi nunca. Ésta práctica es la que dio origen al dinero-papel que utilizamos ahora, aunque en tiempos contemporáneos éste dinero está siendo reemplazado por el dinero plástico o digital (tarjeta de crédito o débito).


Mecánica Moderna del Dinero

"Denme el poder sobre la moneda de una nación y no me importará quien hace sus leyes." Mayer Amschel Rothschild

Los cambistas -origen del banquero moderno- entendían muy bien el poder del dinero. Ellos aprendieron que teniendo el control sobre la emisión y circulación de la moneda se tenía poder sobe la vida económica, política, jurídica e incluso educativa de un pueblo. Ninguna familia entendió tan bien los principios del dinero como los Rothschild, una familia judeo-germana que establecida en Frankfurt llegó a controlar -según algunos todavía lo hace- una considerable porción de la riqueza total de todo el mundo. Para entender más a fondo el control que adquirió esta familia, es recomendable ver el documental "The Money Masters" de Bill Still.


El dinero moderno no es más que una estafa que funciona de una manera que resulta extremadamente complicada de entender para el ciudadano promedio, y popularmente se piensa que solo a los economistas les compete enredarse en semejante maraña. Pero no hay nada más lejos de la verdad, es necesario que todos entendamos las políticas monetarias ya que ellas inciden directamente en nuestra vida cotidiana. Este proceso de creación del dinero se explica de forma muy ilustrativa en la parte I del documental "Zeitgeist: Addendum" de Peter Joseph. Aún cuando no es materia que domino a profundidad, trataré de explicar de manera concisa qué es y de dónde proviene el dinero moderno.


Como se explica con anterioridad, los cambistas entendieron que la emisión de los títulos valores era la forma perfecta de tener control sobre la moneda, y haciendo uso del Estado lograron sustituir éstos títulos con los billetes modernos. La estafa funciona de la manera siguiente: 1) Un banco (privado en el caso de la mayoría de los países industrializados modernos) se adjudica la emisión exclusiva de la moneda mediante una ley que es reforzada por el poder coercitivo del Estado; 2) El gobierno mismo debe pedir préstamos a este banco para poner dinero en circulación y para autofinanciar su funcionamiento, por lo que el gobierno emite unos bonos a cambio de los billetes del banco, y estos bonos que ahora pertenecen al banco central conllevan la obligación de devolver ese dinero, pero con intereses; 3) La garantía de pago de ese dinero es ni más ni menos que los impuestos del pueblo. El Estado le paga a este banco el préstamo más intereses con el dinero de los contribuyentes; 4) Este dinero que se le prestó al gobierno al mismo tiempo es colocado en los bancos del sistema, el cual mediante el sistema de reserva fraccionada puede volver a ser prestado a los particulares exigiendo únicamente que un pequeño porcentaje permanezca depositado en el banco, el resto circula libremente respaldado únicamente por la deuda. Y de esta forma se crea moneda de curso legal. Cada billete que utilizamos representa una deuda, alguien se lo debe a otro.

A continuación trataré de ilustrar este proceso de creación de dinero mediante el mecanismo de reserva fraccionada en orden cronológico:

1) El gobierno necesita Q 1000.00
2) Acude al Banco Central para que se lo preste.
3) El gobierno le entrega al banco central bonos o certificados que conllevan la obligación de pagar Q 1000.00 más intereses.
4) El Banco Central imprime los Q 1000.00 en billetes y se los entrega al gobierno (aunque actualmente ya es una operación electrónica).
5) El gobierno coloca estos Q 1000.00 en los bancos del sector financiero privado.
6) Con el uso del sistema de reservas fraccionadas el banco ésta obligado a mantener en reserva aproximadamente el15% (en el caso de Guatemala) en sus arcas. Es decir que el banco únicamente conserva Q 150.00 y los restantes Q 850.00 se los presta a los particulares.
7) El particular al recibir estos Q 850.00 los vuelve a depositar en el mismo u otro banco privado. El cual a su vez puede prestar el 85% de estos Q 850.00.
8) Este proceso se repite sucesivamente hasta crear una cantidad que multiplica en exceso los Q 1000.00 que originalmente el gobierno solicitó al banco central.

Solicitado por el Gobierno al Banco Central + Préstamos de Bancos del Sistema (menos reserva 15%) = Dinero final creado con deuda

1000.00 + 850.00 + 722.50 + 614.14 + 522.17 + 443.84 + 377.26 + 320.67 + 272.57 + 231.68 +196.93 +166.90 + 141.87 + 120.59 + 102.50 + 87.13 + 74.06 + 62.95 + 53.51 = 6361.27

Se puede observar entonces que los Q 1000.00 originales que el gobierno solicitó al banco central se multiplicaron a Q 6361.27, los cuales son emitidos y respaldados enteramente con deuda. Se produjo todo ese dinero del simple aire, sin respaldo, y en la gran mayoría de casos sin que haya demanda del mismo. Esos Q 6261.27 circulan libremente en el sistema sostenidos únicamente por la confianza de la gente en que tiene valor, pero en realidad es simple papel (en el mejor de los casos, ya que a veces no son más que dígitos en sistemas computarizados).

Pero a ésta exorbitante cantidad, no es nada, todavía falta agregarle los intereses, que son otra cantidad de dinero que no existe, y que ni siquiera está respaldado con deuda, es un simple excedente que se traduce en la ganancia que tienen estos bancos en prestar dinero que ni siquiera tenían o existía en primer lugar. Éste excedente es el que hace que el dinero sea extremadamente escaso, y que las personas tengamos que competir en el mercado para adquirirlo y así pagar nuestras deudas al banco o al fisco. El sistema bancario de reserva fraccionada es la estafa más grande de la humanidad, y que nos causa estrés a muchos, y riqueza a unos pocos.

Algo tiene que quedar claro es que el dinero es deuda, y punto. Cada billete que tenemos en nuestras manos representa la deuda que alguien más tiene con un banco del sistema financiero, o la deuda que tiene el Estado con el Banco Central. Que mejor forma de mantener a la población esclavizada que la deuda, obliga a trabajar para pagarla.

El dinero como herramienta esencial del sistema de precios y su obsolescencia

La pregunta no es ¿tenemos el dinero? Sino ¿tenemos los recursos? – Jacque Fresco, de El Proyecto Venus.




Algo que se tiene que aclarar, es que el valor del dinero es convenido exclusivamente por las personas que lo utilizan, no importando cual sea la materia que esté siendo intercambiada. El valor es producto de la confianza de la gente, de un convenio social y nada más. Las cosas valen porque nosotros hacemos que valgan. Algunos aducen que el estándar del oro es lo que necesitamos para estabilizar nuestra economía, lo cual no es cierto. El valor del oro y la plata es extrínseco y subjetivo, y únicamente nos da acceso a bienes y servicios porque los compradores y vendedores convienen en el valor de la moneda. El dinero por sí mismo no tiene ningún valor. Ahora, el Estado puede ser utilizado como una herramienta de coerción para darle al dinero el valor que desee. El Estado puede obligarnos mediante la fuerza pública a asignarle al papel un valor de intercambio que muy posiblemente sin la intervención de un ente público éste no tendría. Por ejemplo, la gente acepta que Q 1,000,000.00 valen lo mismo que una vivienda. En realidad lo que ésta persona ésta haciendo es cambiar alrededor de 20 libras de papel impreso por una vivienda, en el mejor de los casos. En el peor de los casos lo único que se intercambia son cifras que existen en el disco duro de la computadora de un banco.

En un sistema de precios (o monetario) en donde el valor de todas las cosas se cuantifica en una cantidad monetaria, el dinero es la herramienta utilizada como mecanismo de distribución de recursos. El acceso a las materias esenciales -y escasas- para sustentar la vida se decide mediante el intercambio de cualquier bien que en la sociedad sea considerado como valioso. En un sistema de precios, las capacidades de producción y distribución jamás alcanzarán un nivel eficiente de satisfacción a la población total del mundo, ya que éstas varían únicamente en función del poder adquisitivo del mercado y no de la necesidad del público. En un sistema monetario se da el hecho de que en los países desarrollados se tiran millones de toneladas de comida al año en virtud de que no hay gente que la compre, mientras que dichos recursos fácilmente podrían ser colocados en otras regiones del mundo donde la gente se muere de hambre por no tener dinero. Ese es básicamente el modo de operar de los mercados, asignar recursos en donde hay poder adquisitivo, no en donde hay necesidad.

Para entender la obsolescencia del sistema de precios y del dinero partimos de las premisas siguientes:

1) El objetivo esencial de adquirir propiedad es acceso. Cuando se adquiere propiedad, se hace con el motivo de poder tener acceso inmediato y exclusivo a ella en virtud de que se tiene la noción de escasez de ese recurso.

2) Nuestros problemas son técnicos, no políticos, jurídicos o económicos -en el sentido moderno de la palabra-. Esto significa que al momento de enfrentar un problema, nuestra pregunta no debe ser ¿tenemos dinero para resolverlo? sino ¿tenemos los recursos, el conocimiento y la disposición para resolverlo?

En el mundo actual vivimos con valores orientados a la escasez, viviendo con la falsa noción de que en el mundo no existen suficientes recursos para los deseos infinitos de todas las personas, por lo que la única manera obtener acceso a ese recurso es competir -pelear- entre nosotros mismos y que al final "el mejor" sea recompensado con adquisición de propiedad, poder y reconocimiento social. El actual sistema en el que vivimos opera en función de un darwinismo social, en el que únicamente el que tiene las habilidades para sobresalir, accederá a una posición privilegiada dentro del mecanismo de asignación de recursos. Obviamente es pura teoría. Según los defensores del capitalismo laissez-faire, éste es un sistema enteramente meritocrático, y los que critican el mismo son un montón de resentidos que simplemente no tienen habilidad para autoprocurarse los bienes y servicios que necesiten. Lo anterior ha sido probado contario varias veces en la historia y por diversos economistas, ya que el sistema capitalista no necesariamente recompensa al más inteligente o al más trabajador, sino al que mejor puede manipular el sistema para su propio beneficio, y está rodeado de condiciones que por pura casualidad le hacen tener una posición económicamente privilegiada sin haber producido nada para obtenerla (herederos, matrimonios, inversionistas, etc.).

La utilidad del sistema de precios como lo plantean los economistas -especialmente los de la escuela austriaca-, es esencial como un mecanismo de estabilidad social y económica, debido a que sin el cual simplemente sería imposible cuantificar la oferta y la demanda y por lo tanto distribuir y colocar recursos en el mercado. En un sistema de precios/monetario los mercados asignan los recursos únicamente donde se encuentra el poder adquisitivo, y no donde realmente hay necesidad. Una muestra concreta de cómo funciona un sistema de precios es la realidad alimentaria del mundo actual. Los mercados colocan comida en excesiva abundancia en los países desarrollados, para este caso EEUU, en donde hay un fuerte poder adquisitivo. Por el otro lado en gran parte de África los mercados no existen y por lo tanto no se asignan recursos ya que la gente no tiene dinero para comprarlos, independientemente de la necesidad que se tenga de ellos. Esto ha llevado a que, por primera vez en la historia, al mismo tiempo un continente sufra una epidemia de obesidad, mientras el otro sufre hambrunas masivas. En un continente se tira comida que fácilmente podría alimentar al otro si la distribución no dependiera del sistema monetario. Por otro lado el sistema de precios no discrimina en cuanto a la condición de las personas. Por ejemplo, si una persona tiene dinero, el mercado le adjudica los recursos que ésta persona quiere o necesita sin importar si ésta trabajó para obtenerlos, o si tiene los méritos intelectuales/físicos/laborales para merecer esos bienes. Por otro lado puede haber una persona que ha aportado mucho a la sociedad, pero si su situación pecuniaria es mala el mercado no le asignará recursos por mayor que sea su necesidad. El sistema monetario o de precios es intrínsecamente injusto y viciado. Es por esa razón que basta con encender la televisión por unos cuantos minutos para ver gente estúpida que es idolatrada por no hacer absolutamente nada, ganando mucho dinero sin hacer ningún aporte a la humanidad. Y es suficiente visitar unos cuantos hospitales o laboratorios para ver gente que se esforzó para obtener conocimientos técnicos avanzados y producir medicamentos o tratamientos de salud que proveen bienestar a la sociedad, viven en condiciones limitadas en gran parte de los casos. La meritocracia del sistema monetario es un mito que únicamente se da en la teoría pero no en la pràctica.

Es por esa razón que el sistema monetario es obsoleto, ya que de ninguna manera existe para responder a las necesidades de la gente ni para producir y distribuir los recursos de manera justa, sostenible y eficiente. Es importante señalar que la eficiencia económica en muchos casos es directamente inversa a la eficiencia científica. En la actualidad es económicamente rentable producir 500,000 relojes baratos que se arruinen a los seis meses y obliguen al consumidor a adquirir otra vez otro reloj barato que se arruinará en el mismo período para perpetuar el consumo cíclico. Esta situación sucede con prácticamente todos los bienes que consumimos, ya que si todos estuviéramos en la condición de adquirir un sólo producto que nos dure por el resto de la vida, se daría un colapso en la economía. Imagínense tener que comprar una sola rasuradora, un solo par de zapatos, un solo televisor, un solo carro, un solo celular, etc. Es por eso que la frase que dicen los abuelitos "las cosas ya no las hacen como antes" es enteramente cierta. Lo anterior sería un atropello a la eficiencia científica que busca producir el mejor producto posible utilizando la menor cantidad de recursos, tiempo y energía posibles. En las sabias palabras de Buckminster Fuller: "hacer más con menos".

“Dondequiera que existe la institución de la propiedad privada, aunque sea en forma poco desarrollada, el proceso económico presenta como característica una lucha entre los hombres por la posesión de bienes.”Thorstein Veblen

Economía Global Basada en Recursos




Pero entonces, si nuestro actual sistema económico es obsoleto ¿cuál sería una manera más justa y eficiente de asignar los recursos a falta de una materia para intercambiarlos? El sistema se llama Economía Global Basada en Recursos y funciona bajo tres ejes fundamentales:

1) Necesidad de las personas.

El paradigma de mercados/monetario actual nos hace creer que las necesidades y los deseos son exactamente lo mismo, lo cual no es cierto. Las necesidades son producidas por aspectos biológicos y naturales, mientras que los deseos son producto de la cultura. Por ejemplo, el ser humano necesita agua, si no la toma en 3 o 4 días muere, pero las personas quieren un diamante porque en su cultura es un símbolo de status social y de opulencia, está de más decir que si la persona no tiene un diamante no va a morir. Un diamante bajo ninguna circunstancia objetiva -salvo aplicaciones industriales- debería de tener un valor intrínseco mayor que el agua. Pero vivimos en una sociedad que nos ha condicionado a que los bienes escasos, aún cuando no tengan ninguna utilidad, son valiosos. Esto nos ha llevado a un interminable círculo de consumo conspicuo -como dice Veblen- y cíclico -como lo dice Peter Joseph en Zeitgeist-. El interminable consumo cíclico y conspicuo es lo que ha hecho olvidar a la humanidad que los recursos finitos deben consumirse de acuerdo a la necesidad y no a la superficialidad de los deseos. Se aplica entonces la frase de Ghandi "la tierra tiene suficientes recursos para cubrir las necesidades de toda la humanidad, pero no la codicia de una sola persona".

Desde un punto de vista objetivo se puede establecer que las necesidades de la gente son las siguientes: en primer plano el aire, el agua, la comida, fisiológicas, la vestimenta y un techo. En segundo plano: salud, educación relevante y recreación. Una persona que obtenga acceso inmediato a éstas necesidades se podría considerar sana. Lo mejor sería encontrar un sistema que pueda proveer las necesidades sin que se someta a la persona a un trabajo irrelevante, repetitivo y mundano y además a enormes niveles de estrés social. Esto es precisamente lo que una Economía Global Basada en Recursos haría.

2) Capacidad de abastecimiento de la Tierra.

Sería imprudente y precipitado empezar a producir cualquier cantidad de bienes sin tomar en consideración las capacidades de producción y abastecimiento que tiene una región determinada. Sería estúpido producir y asignar un quintal de maíz por cada persona que habita en una ciudad de 10,000 habitantes, si el terreno solo tiene capacidad para producir 5,000 quintales. De esa cuenta, es necesario que un inventario de recursos sea realizado en toda región del planeta donde se pretenda asentar una población para determinar la cantidad de recursos disponibles. Como segundo punto sería necesario implementar sensores de rastreo que midan el ritmo de consumo y disponibilidad de bienes para que no haya un déficit causado por el consumo irresponsable. Con el estado actual de la tecnología, estos sistemas de inventario y monitoreo de recursos son una realidad. Cadenas de supermercados utilizan sistemas electrónicos para llevar un control de disponibilidad en la mercadería. El reto de los ingenieros en éste caso sería lograr implementar un mecanismo similar a una escala global.

3) Sostenibilidad, eficiencia y abundancia técnica en la producción y distribución.

En la actualidad hay varias formas de medir la eficiencia, la principal es -en el paradigma de mercado/moneda actual- la eficiencia económica, que básicamente consiste en medir la "eficiencia" en la producción y la distribución en función de la rentabilidad monetaria que se obtiene al comercializar un producto en el mercado. A mayor cantidad de lucro, mayor eficiencia. Resumiendo, un producto desechable, poco durable, o de mala calidad y que se logra vender a un precio mucho más alto que su precio de producción y distribución, y se comercializa en forma continua o constante, se podría decir que es el más eficiente económicamente. Derivado de esto tenemos un sistema que produce en base a la obsolescencia programada -los productos son diseñados para volverse obsoletos o inútiles después de cierto tiempo- lo que perpetúa el consumo cíclico y la cultura consumista en la que vivimos ahora. Para lograr esta "eficiencia" económica, los mercados eligen lugares con poca protección a los trabajadores como centros de manufactura de sus productos, en donde la mano de obra es extenuante y se recompensa con salarios miserables. También se da el uso de los materiales menos costosos posibles para que el producto se pueda ofrecer a un precio competitivo en el mercado, lo que conlleva una obsolescencia intrínseca en el producto –su calidad es sacrificada en forma inconsciente- lo que produce que el bien se arruine normalmente cuando expira su garantía. Otro factor a considerar, es la utilización de materiales valiosos y escasos para construir productos desechables, semi-desechables, de baja calidad o de poca o ninguna utilidad -microprocesadores, electrodomésticos, celulares, ropa, joyas, bienes conspicuos, etc.-, con el objeto de obtener la mayor ganancia a corto plazo, sin importar el costo ambiental y social.

Al analizar, se hace evidente como una persona a lo largo de su vida consume ropa, joyas, celulares, computadoras, automóviles, electrodomésticos, o cualquier otro tipo de bien en forma cíclica, en muchos casos sin que haya una necesidad real de hacerlo, todo esto para perpetuar el consumo y fomentar el "crecimiento económico" que paradójicamente es necesario para mantener una economía monetaria estable.  Este consumo cíclico es acentuado con la publicidad/propagando producto del sistema industrializado moderno. En virtud de que actualmente los medios de producción son tan eficientes, existe un superávit de productos, por lo tanto se hace necesario vender productos que la gente no necesita en cantidades excesivas con el objeto de logar que la producción sea “eficiente”. Un fabricante de carros puede producir cientos de carros al día, pero si la gente no los compra entonces son un producto ineficiente desde el punto de vista económico. La publicidad nos ha hecho pensar que el consumir no solo es normal, sino indispensable para alcanzar felicidad, estatus social, reconocimiento, prestigio, etc. Agregado a lo anterior, el factor distribución es otra deficiencia de nuestra actual anti-economía. La cantidad de tiempo y energía utilizada no solo para producir, sino también para distribuir los productos es excesiva. La civilización como la conocemos tuvo su origen alrededor de hace 150 años, cuando encontramos una fuente de energía tan abundante y poderosa que permitió expandir nuestras capacidades de producción en forma exponencial, lo que causó un crecimiento poblacional y en general, mayor innovación y progreso.
Se podría considerar lo anterior como una introducción básica a la Economía Basada en Recursos propuesta por Jacque Fresco, director del Proyecto Venus. Para más información sobre este sistema se recomienda visitar www.thevenusproject.com.

“Quienes creen que el dinero lo hace todo, terminan haciendo todo por dinero.” - Voltaire

Conclusión

Si queremos erradicar el hambre, la guerra, la escasez, la injusticia, la pobreza, la crueldad, la política, el Estado, la represión, la enfermedad, el resentimiento, la competencia y la codicia, es indispensable que nos deshagamos de lo que lo perpetúa y le da origen, el sistema monetario. Una vez liberados de esta herramienta de control económico, social, político y jurídico, podremos dedicar nuestras vidas a realizar tareas que sean relevantes para el desarrollo de la humanidad y enriquecimiento personal, no mediante la adquisición de propiedad sino la tranquilidad emocional y elevación intelectual. Seremos entonces capaces de realizar proyectos como exploración espacial, abundancia de energía, acceso ilimitado a alimentación, educación, transporte y vivienda y alcanzar la felicidad mediante valores sostenibles y no meras superficialidades. Tenemos que ser idealistas, aventurarnos a pensar más a allá de lo posible para llevar a cabo un movimiento de semejantes proporciones, quizás nunca antes visto en la historia de la humanidad, pero con el ingenio y la disposición de personas cuya su motivación es aportar a la humanidad y a la posteridad, el único límite para que lo imposible se transforme en posible es el tiempo. Convirtámonos en el cambio que queremos ver en el mundo.

“Sólo es inmensamente rico aquel que sabe limitar sus deseos.” - Voltaire