El camino crítico de la humanidad
Extracto del artículo de Buckminster Fuller
Traducción al español: Giancarlo Melini
El
camino crítico de la humanidad: De la “Armedad” a la “Vividad”
La guerra es obsoleta. Es imperativo que compartamos la noticia con toda la humanidad -“CON PRISA”- antes de que alguien ignorantemente presione el botón que active la presión sobre todos los demás botones.
Lo que hace tan difícil la tarea de informar a la humanidad de su recién nacida opción de lograr el éxito para todos, es el hecho de que, todas las grandes religiones y corrientes políticas, triunfan únicamente por la perenne e ignorantemente adoptada premisa de que existe una eterna inadecuación en el soporte de la vida, inherente en el diseño de nuestro planeta Tierra.
Todos
los libros de economía tienen un principio básico: la escasez fundamental del
soporte vital -recursos limitados-. Los poderes supremos económicos y políticos
todavía asumen que tiene que ser o tú o
yo. No hay suficiente para ambos. Eso es porque: 1) aquellos en ventaja
financiera se refuerzan a sí mismos todavía más, con el argumento de que el
altruismo es suicida; y es por eso que 2) el gasto militar de la URSS y de los
EEUU, representando las dos caras: el socialismo y la empresa privada, ha
promediado más de $200 millardos anuales, doblándolo el año pasado a $400
millardos. Más de $6 billones se han gastado hasta ahora por los dos mayores
poderes in desarrollar la habilidad de matar cada vez más gente, a una mayor
distancia, y en un todavía menor tiempo.
Es
tiempo de entender una nueva iniciativa. Una que ha estado disponible por un
poco más de una década. Es una opción sin precedentes que he visto venir y que
he estado iniciando desde el nivel del suelo por más de cincuenta años.
En
1927 estaba convencido de que los problemas más fundamentales de supervivencia
de la humanidad nunca se podrían resolver con política. Ese fue el año que el
servicio de telefonía transatlántica comenzó. Ese año por primera vez un humano
voló solo cruzando el océano en un día. Fue obviamente el comienzo del cambio a
la integración de la humanidad.
La
humanidad en todos sus millones de años había existido como naciones
relativamente separadas. El nacimiento interno de la supervivencia local se fue
desarrollando por cientos de generaciones y gradualmente evolucionó a
“naciones” cuyos modos de vida eran casi desconocidos.
Era
obvio que la integración de estas múltiples “naciones” requeriría enormes
cantidades de energía. Era también obvio que una minoría de humanos egoístas se
organizaría para explotar los dilemas transicionales. Estaba convencido de que
dentro del siglo veinte toda la humanidad en nuestro planeta entraría en un
período de crisis sin precedentes. Podía ver que había una alternativa a la
política y su cada vez más creciente despilfarro en la guerra, e inherentemente
estériles intentos de resolver los problemas económicos y sociales más básicos
de la humanidad.
Esa
realizable alternativa era a través de la invención, desarrollo y reducción de
las prácticas materiales de trabajo, prototipos de producción masiva de
tecnología orientada a crear circunstancias ventajosas para el ser humano. Esta
completa familia de artefactos intercomplementarios fue la que determiné que
debe ser diseñada –estructural, mecánica, química, metalúrgica, electromagnética y
cibernéticamente- para proveer mejor rendimiento por cada unidad de energía,
libra de material, y segundo de tiempo invertido para hacerlo eminentemente
viable y practicable para proveer un estándar de vida alto y sostenible para
toda la humanidad. Debe ser un estándar de vida mucho más avanzado, placentero,
y cada vez más productivo que cualquiera que alguna vez se haya experimentado o
soñado en toda la historia.
Estaba
claro para mí que este avanzado nivel podría ser enteramente sostenido por
nuestro abastecimiento diario de energía solar. En 1983 la totalidad de la
energía consumida por la humanidad equivale a menos de la 1/500,000 parte del
1% de la energía solar que impacta cada día a nuestro planeta.
También
era claro para mí que el avanzado estándar de vida que preví podía ser obtenido
y mantenido con artefactos que necesariamente liberarían a los humanos del
entramado, complicado y medido sistema de explotación del metabólico y vital
proceso de los muchos para los menos.
Esta
familia de artefactos liderando a tan comprensible éxito humano lo identifico
como vividad en contraposición con la
armedad de la estructura política de
poder actual. Cuando preví estaba reformando tecnológicamente el ambiente en
lugar de tratar de reformar políticamente a la gente.
Mi
iniciativa de producción de vividad, para su completa realización, requiere el
cambio de las grandes empresas, de su enfermiza fijación a la armedad, a una
tecnología que cause condiciones ventajosas para la humanidad a un nivel
aeroespacial de conocimiento. Describo más detalladamente el mucho más grande,
mucho más consistentemente lucrativo para todos, enteramente nuevo mundo de la
producción de vividad en mis recientes libros CRITICAL PATH (St. Martin’s Press, 1981) y GRUNCH OF GIANTS (St. Martin’s Press, 1983).
Más
importante es que, hace 55 años, a la edad de 32, me propuse llevar un
experimento en forma de iniciativa individual. Lo tome para ver lo que un
individuo sin un centavo, desconocido, con una esposa, un hijo recién nacido
que dependían de él podría llegar a hacer efectivamente en nombre de toda la
humanidad, iniciando y realmente desarrollando tal programa de tecnología.
Esta
revolución de la ciencia del diseño usaría las mejores instalaciones
aeronáuticas y de ingeniería de todo el mundo y cambiaría el mundo de la
producción de la armedad a la vividad; por ende toda la humanidad tendría la
opción de volverse exitosa.
Todas
las revoluciones previas han sido políticas, en ellas la mayoría que no tiene ha tratado vengativamente
de halar hacia abajo a la minoría económicamente aventajada. Si se analiza,
esta histórica y grandiosa revolución
tecnológica, felizmente elevaría a toda la humanidad a alturas sin precedentes,
y sin distinguir grupos sociales.
Tal
iniciativa de diseño sería imposible de cumplir por las grandes naciones,
grandes religiones o las empresas privadas sin importar que tan adineradas y
fuertemente armadas estén. Con la ocupación de menos de una doceava parte del
uno por ciento de la superficie de la tierra por parte de cada nación soberana promedio,
las prerrogativas soberanas de cualquier nación han sido, y siguen siendo,
escasas. Las grandiosas empresas privadas son apuestas de capital con sus
“naves que tienen que venir” dentro de un tiempo razonablemente corto o sus
socios caerán en la bancarrota. La empresa, con sus accionistas y
administradores de dinero, tiene un enfoque demasiado estrecho y miope, está
demasiado enfocada estrechamente en lucrar como para interesarse en sus efectos
colaterales y enfoque demasiado limitado para atender las tareas más grandes,
más importantes, y a largo plazo que son vitales para sostener a la humanidad
en este planeta.
Siendo
humano, cometí todos los errores habidos y por haber pero aprendí a aprender
mediante el reconocimiento realista te los factores que constituyen el cometer
errores, e intenté entender lo que las verdades cubiertas estaban tratando de
enseñarme
Como
un oficial normal de la marina de los Estados Unidos en la primera guerra
mundial, vi que no había nada que me impidiera pensar comprensivamente sobre la
totalidad del planeta Tierra, la totalidad de sus recursos físicos y un
conocimiento mucho más avanzado. Tampoco había nada que me impidiera pensar
realísticamente sobre como operar esta magnífica Nave Espacial Tierra en una
manera sostenible para todos los pasajeros a bordo.
Descubrí
que ahora es técnicamente posible con la tecnología actual, servir
adecuadamente a toda la humanidad solamente con el ingreso de nuestra
sobreabundante energía cósmica, del sol, alcoholes producidos a base de vegetales,
y poder eólico y de ondas derivadas del sol. A través de la innovación y del
diseño, es posible desplazar el futuro uso
y abuso de las cuentas de ahorro de energía de la naturaleza: los
combustibles fósiles y la energía atómica.
Al
comprometernos a resolver los problemas de la humanidad con artefactos, se hizo
necesario establecer cuál de esos artefactos sería prioritario. Llegué a la
consideración de desarrollar un “camino crítico” (un programa de prioridades
primero) de artefactos necesarios, de los cuales todos son requisitos para
lograr que la Nave Espacial Tierra opere omnicooperativamente
a favor de todos.
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Leer artículo completo en inglés:
https://www.dropbox.com/s/mx3aymcyr06ekwp/Humanity%27s%20Critical%20Path%20-%20Buckminster%20Fuller.pdf
NOTA: Buckminster Fuller tiene una manera muy particular de escribir, y utiliza una enorme cantidad de palabras y frases compuestas que son vocabulario de su total invención. Entenderlas es fácil en su contexto, pero no aisladamente. De esa cuenta, es extremadamente difícil la traducción, y se aclara que la introducción de palabras que no existen en el diccionario es intencional.
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