lunes, 30 de diciembre de 2013

Dinero


Dinero
De Giancarlo Melini


Dinero (del latín denarius, denario, moneda romana). 

Quizás la institución más influyente y menos cuestionada en la historia registrada de la humanidad. El hombre, como ser racional, se ve obligado a tomar decisiones constantemente a manera de utilizar sus recursos de la forma más eficiente posible -económicamente. Por lo tanto, la economía domina virtualmente todos los aspectos de la vida humana, y el dinero es su herramienta por excelencia. Pero, ¿qué es? ¿cómo funciona? ¿por qué lo usamos? ¿de dónde se origina?

El dinero es definido de diferentes formas. El diccionario de la RAE lo define como 8. m. Econ. Medio de cambio de curso legal”. Someramente, el dinero es todo medio de intercambio común y generalmente aceptado por una sociedad que es usado para el pago de bienes de cualquier tipo. Lo anterior quiere decir que el dinero obtiene su valor por el acuerdo colectivo que tiene toda la población de aceptarlo a cambio de bienes con valor real, es un contrato social. Algunos lo definen como una simple herramienta de intercambio, aunque esa definición es muy ideólogica ya que se apega exclusivamente a analizarlo según su uso y no sus efectos. Economistas de diversas escuelas no se aventuran a indagar sobre su verdadera naturaleza y los efectos palpables -y nocivos- que éste tiene sobre el funcionamiento del mundo.

Históricamente, se cree que el dinero se originó inicialmente en la revolución neolítica. Cuando el ser humano descubrió la agricultura hace alrededor de 10 mil años, adquirió la capacidad de asentarse en lugares fijos, dejando de necesitar viajar para abastecerse de recursos. La proliferación de pueblos y ciudades permitió desarrollar otras habilidades técnicas que posteriormente se tradujeron en la producción de exceso de bienes y una mayor variedad de los mismos. Por consiguiente -y para facilitar la armónica convivencia- se formó un marco legal y se conceptualizó el derecho de propiedad -aunque no el moderno que conocemos ahora. Dada la necesidad de intercambiar la abundante variedad de bienes y servicios, se creó una vía de intercambio estándar que representaba el valor de diferentes objetos. Este medio variaba según el tiempo y el espacio, pero el más usado universalmente fueron el oro y la plata.

El dinero como tal debe reunir varias características para ser funcional en una economía de mercados. El oro y la plata eran útiles porque reunían las cualidades de la escasez, la durabilidad, la uniformidad, la divisibilidad y la movilidad. Las economías modernas ya no encuentran funcional el estándar del oro para respaldar la moneda en virtud de que se necesita que ésta se pueda inflar para cubrir las demandas de un mercado creciente. Por ejemplo, si el oro es limitado y muy pocas personas lo tienen, sólo ellas podrían ejercer el comercio. Por otro lado, la moneda fiduciaria -que se utiliza actualmente- puede inflarse, es decir, imprimirse o producirse virtualmente sin límites a voluntad de los mercados, los bancos, y todos aquellos que interfieren en el proceso de creación del dinero -los gobiernos, únicamente respaldadas por la deuda. Dinero equivalente a deuda.

Los efectos que en la actualidad provoca la utilización del dinero son dañinos para la supervivencia de la humanidad, contraproducentes para su correcto desarrollo e innecesarios en virtud del actual estado de la teconología y la óptima producción que se ha alcanzado gracias sus avances. Ya que los mercados sólo distribuyen recursos donde hay poder adquisitivo, y no donde hay necesidad, se puede observar altos índices de pobreza y desigualdad en el mundo. Un claro ejemplo de la utilización abusiva del dinero, es que por primera vez en la historia del mundo una región padece una pandemia de obesidad mórbida mientras que otras sufren de hambrunas masivas. Es también la utilización del dinero como mecanismo de distribución lo que permite que actualmente se desperdicie aproximadamente un tercio de toda la comida que se produce mientras existen mil millones de personas en condiciones de pobreza.  

La utilización de dinero como medida de éxito tambén es una muestra clara de un desorden en el sistema de valores. Las personas en la actualidad son valoradas según su capacidad de acumular dinero y proveer materialmente. La superficialidad provocada por la forma que los mercados distribuyen los recursos es tal, que se juzga a la gente según la marca del automóvil que conduce, o a que prestigioso destino turístico se dirigirá en sus próximas vacaciones. Y lo más frustrante de lo anterior es que la utilización de dinero mezclado con una economía capitalista basada en la desigualdad, signifca que sólo unos pocos podrán llegar a tener lo que la sociedad exige como modelo de éxito. Como lo dijo Eduardo Galeano, vivimos un mundo donde los placeres de la vida se les ofrecen a muchos pero se les entregan a pocos.

El incentivo para la utilización del dinero como mecanismo de asignación de recursos persiste, pero afortunadamente éste no es compatible con el estado actual de la tecnología, y será cada vez más dañino conforme ésta siga avanzando y la automatización erradique cada vez más plazas laborales. Lo mejor que podemos hacer es empezar a valorar otras cosas, como nuestro tiempo, nuestros amigos y la cosas que el dinero simplemente no puede comprar.