jueves, 3 de octubre de 2013

Memento mori

Memento mori
De Giancarlo Melini

Nacés en el seno de la familia más adorable. Tu infancia es de ensueño y lo único que tenés que hacer es jugar y estudiar. En tu mesa jamás falta un plato de la comida más nutritiva y deliciosa, la que constantemente comés a regañadientes. Tenés muchos amigos y presumís con ellos los juguetes más costosos. Entrás a la primaria y tenés acceso a los mejores recursos tecnológicos para aprender. Siempre sos un alumno destacado, nunca faltás en el cuadro de honor. Sos el chavo más popular y te lo pasás en fiestas de quince años en los hoteles más lujosos. La secundaria es pan comido para vos y nuevamente tus notas reflejan lo dedicado que sos. Te graduás para convertirte en el orgullo de tu familia. Te admiten en la universidad más prestigiosa y costosa del país. Estudiás la carrera que siempre quisiste y seguís siendo un estudiante sobresaliente. Conseguís un lucrativo primer trabajo producto de tus relaciones familiares y sociales. Tenés la novia más bonita de la U y te convertís en la envidia de tu círculo social. Viajás constantemente, tus paseos internacionales son algo ordinario. No escatimás en gastos para adquirir los productos más inútiles de las marcas más prestigiosas, y ostentarlos ante quienes ni siquiera te caen bien. Te graduás de la universidad con honores y te convertís en un profesional con futuro brillante. Conseguís beca para estudiar una maestría en una prestigiosa universidad europea, así conocés el mundo. Tu familia y amigos ven la estrella en ascenso que sos. Regresás a encontrar un mar de oportunidades, las cuales no desaprovechás. Te colocás en un puesto de alta jerarquía en una afamada empresa de tu familia o amigos. Conocés a la mujer de tus sueños, es hermosa. Tenés una boda que no tiene nada que envidiarle a las más pintorescas de la escena hollywoodense. Tus varios cientos de invitados saben que estás destinado a ser el hombre más feliz del mundo. Te mudás a la casa que todo mundo aspira a tener, en uno de los más prestigiosos sectores de la ciudad. Tenés todo a tu favor para iniciar una familia y satisfacerles hasta los más excéntricos caprichos. Tus hijos son sanos y simpáticos, son la familia “ideal”. A ellos les das la mejor vida que el dinero puede comprar y todos se convierten en personas de “éxito”, teniendo un camino todavía más fácil que el tuyo. Vos y tu esposa envejecen juntos y felices, “cuando llegue a esa edad quiero ser como ellos” dicen todos. Tus nietos son otra camada de divinas criaturas, son “gente bien”. El mundo es tuyo, te lo podés comer si querés. En el transcurso de tu vida amasás una inmensa fortuna material, vas a dejar a tu descendencia un harto legado. Creés ser feliz, más bien, sos feliz. Y durante todo ese tiempo y hasta en tu último aliento… memento mori. 

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