martes, 14 de mayo de 2013

El camino crítico de la humanidad

El camino crítico de la humanidad
Extracto del artículo de Buckminster Fuller
Traducción al español: Giancarlo Melini


El camino crítico de la humanidad: De la “Armedad” a la “Vividad”



La guerra es obsoleta. Es imperativo que compartamos la noticia con toda la humanidad -“CON PRISA”- antes de que alguien ignorantemente presione el botón que active la presión sobre todos los demás botones.

Lo que hace tan difícil la tarea de informar a la humanidad de su recién nacida opción de lograr el éxito para todos, es el hecho de que, todas las grandes religiones y corrientes políticas, triunfan únicamente por la perenne e ignorantemente adoptada premisa de que existe una eterna inadecuación en el soporte de la vida, inherente en el diseño de nuestro planeta Tierra.

Todos los libros de economía tienen un principio básico: la escasez fundamental del soporte vital -recursos limitados-. Los poderes supremos económicos y políticos todavía asumen que tiene que ser o tú o yo. No hay suficiente para ambos. Eso es porque: 1) aquellos en ventaja financiera se refuerzan a sí mismos todavía más, con el argumento de que el altruismo es suicida; y es por eso que 2) el gasto militar de la URSS y de los EEUU, representando las dos caras: el socialismo y la empresa privada, ha promediado más de $200 millardos anuales, doblándolo el año pasado a $400 millardos. Más de $6 billones se han gastado hasta ahora por los dos mayores poderes in desarrollar la habilidad de matar cada vez más gente, a una mayor distancia, y en un todavía menor tiempo.

Es tiempo de entender una nueva iniciativa. Una que ha estado disponible por un poco más de una década. Es una opción sin precedentes que he visto venir y que he estado iniciando desde el nivel del suelo por más de cincuenta años.

En 1927 estaba convencido de que los problemas más fundamentales de supervivencia de la humanidad nunca se podrían resolver con política. Ese fue el año que el servicio de telefonía transatlántica comenzó. Ese año por primera vez un humano voló solo cruzando el océano en un día. Fue obviamente el comienzo del cambio a la integración de la humanidad.

La humanidad en todos sus millones de años había existido como naciones relativamente separadas. El nacimiento interno de la supervivencia local se fue desarrollando por cientos de generaciones y gradualmente evolucionó a “naciones” cuyos modos de vida eran casi desconocidos.

Era obvio que la integración de estas múltiples “naciones” requeriría enormes cantidades de energía. Era también obvio que una minoría de humanos egoístas se organizaría para explotar los dilemas transicionales. Estaba convencido de que dentro del siglo veinte toda la humanidad en nuestro planeta entraría en un período de crisis sin precedentes. Podía ver que había una alternativa a la política y su cada vez más creciente despilfarro en la guerra, e inherentemente estériles intentos de resolver los problemas económicos y sociales más básicos de la humanidad.

Esa realizable alternativa era a través de la invención, desarrollo y reducción de las prácticas materiales de trabajo, prototipos de producción masiva de tecnología orientada a crear circunstancias ventajosas para el ser humano. Esta completa familia de artefactos intercomplementarios fue la que determiné que debe ser diseñada –estructural, mecánica, química,  metalúrgica, electromagnética y cibernéticamente- para proveer mejor rendimiento por cada unidad de energía, libra de material, y segundo de tiempo invertido para hacerlo eminentemente viable y practicable para proveer un estándar de vida alto y sostenible para toda la humanidad. Debe ser un estándar de vida mucho más avanzado, placentero, y cada vez más productivo que cualquiera que alguna vez se haya experimentado o soñado en toda la historia.

Estaba claro para mí que este avanzado nivel podría ser enteramente sostenido por nuestro abastecimiento diario de energía solar. En 1983 la totalidad de la energía consumida por la humanidad equivale a menos de la 1/500,000 parte del 1% de la energía solar que impacta cada día a nuestro planeta.

También era claro para mí que el avanzado estándar de vida que preví podía ser obtenido y mantenido con artefactos que necesariamente liberarían a los humanos del entramado, complicado y medido sistema de explotación del metabólico y vital proceso de los muchos para los menos.

Esta familia de artefactos liderando a tan comprensible éxito humano lo identifico como vividad en contraposición con la armedad de la estructura política de poder actual. Cuando preví estaba reformando tecnológicamente el ambiente en lugar de tratar de reformar políticamente a la gente.

Mi iniciativa de producción de vividad, para su completa realización, requiere el cambio de las grandes empresas, de su enfermiza fijación a la armedad, a una tecnología que cause condiciones ventajosas para la humanidad a un nivel aeroespacial de conocimiento. Describo más detalladamente el mucho más grande, mucho más consistentemente lucrativo para todos, enteramente nuevo mundo de la producción de vividad en mis recientes libros CRITICAL PATH (St. Martin’s Press, 1981) y GRUNCH OF GIANTS (St. Martin’s Press, 1983).

Más importante es que, hace 55 años, a la edad de 32, me propuse llevar un experimento en forma de iniciativa individual. Lo tome para ver lo que un individuo sin un centavo, desconocido, con una esposa, un hijo recién nacido que dependían de él podría llegar a hacer efectivamente en nombre de toda la humanidad, iniciando y realmente desarrollando tal programa de tecnología.

Esta revolución de la ciencia del diseño usaría las mejores instalaciones aeronáuticas y de ingeniería de todo el mundo y cambiaría el mundo de la producción de la armedad a la vividad; por ende toda la humanidad tendría la opción de volverse exitosa.

Todas las revoluciones previas han sido políticas, en ellas la mayoría que no tiene ha tratado vengativamente de halar hacia abajo a la minoría económicamente aventajada. Si se analiza, esta  histórica y grandiosa revolución tecnológica, felizmente elevaría a toda la humanidad a alturas sin precedentes, y sin distinguir grupos sociales.

Tal iniciativa de diseño sería imposible de cumplir por las grandes naciones, grandes religiones o las empresas privadas sin importar que tan adineradas y fuertemente armadas estén. Con la ocupación de menos de una doceava parte del uno por ciento de la superficie de la tierra por parte de cada nación soberana promedio, las prerrogativas soberanas de cualquier nación han sido, y siguen siendo, escasas. Las grandiosas empresas privadas son apuestas de capital con sus “naves que tienen que venir” dentro de un tiempo razonablemente corto o sus socios caerán en la bancarrota. La empresa, con sus accionistas y administradores de dinero, tiene un enfoque demasiado estrecho y miope, está demasiado enfocada estrechamente en lucrar como para interesarse en sus efectos colaterales y enfoque demasiado limitado para atender las tareas más grandes, más importantes, y a largo plazo que son vitales para sostener a la humanidad en este planeta.

Siendo humano, cometí todos los errores habidos y por haber pero aprendí a aprender mediante el reconocimiento realista te los factores que constituyen el cometer errores, e intenté entender lo que las verdades cubiertas estaban tratando de enseñarme

Como un oficial normal de la marina de los Estados Unidos en la primera guerra mundial, vi que no había nada que me impidiera pensar comprensivamente sobre la totalidad del planeta Tierra, la totalidad de sus recursos físicos y un conocimiento mucho más avanzado. Tampoco había nada que me impidiera pensar realísticamente sobre como operar esta magnífica Nave Espacial Tierra en una manera sostenible para todos los pasajeros a bordo.

Descubrí que ahora es técnicamente posible con la tecnología actual, servir adecuadamente a toda la humanidad solamente con el ingreso de nuestra sobreabundante energía cósmica, del sol, alcoholes producidos a base de vegetales, y poder eólico y de ondas derivadas del sol. A través de la innovación y del diseño, es posible desplazar el futuro uso  y abuso de las cuentas de ahorro de energía de la naturaleza: los combustibles fósiles y la energía atómica.

Al comprometernos a resolver los problemas de la humanidad con artefactos, se hizo necesario establecer cuál de esos artefactos sería prioritario. Llegué a la consideración de desarrollar un “camino crítico” (un programa de prioridades primero) de artefactos necesarios, de los cuales todos son requisitos para lograr que la Nave Espacial Tierra opere omnicooperativamente a favor de todos.

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Leer artículo completo en inglés: 
https://www.dropbox.com/s/mx3aymcyr06ekwp/Humanity%27s%20Critical%20Path%20-%20Buckminster%20Fuller.pdf

NOTA: Buckminster Fuller tiene una manera muy particular de escribir, y utiliza una enorme cantidad de palabras y frases compuestas que son vocabulario de su total invención. Entenderlas es fácil en su contexto, pero no aisladamente. De esa cuenta, es extremadamente difícil la traducción, y se aclara que la introducción de palabras que no existen en el diccionario es intencional. 

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